Instalaciones seguras y limpias: Las instalaciones de las residencias caninas están diseñadas para ser seguras y se mantienen limpias para evitar enfermedades y accidentes.
Control sanitario: Antes de admitir a un perro, muchas residencias requieren documentación de vacunas al día y pruebas de desparasitación para proteger la salud de todos los animales en la instalación.
Personal capacitado: El personal de las residencias caninas suele estar capacitado en primeros auxilios para mascotas y tiene conocimientos en comportamiento animal para cuidar de manera efectiva a tu mascota.
Ejercicio y socialización: Las residencias proporcionan oportunidades de ejercicio y socialización para mantener a los perros enérgicos y contentos. Esto puede incluir paseos diarios, tiempo de juego en grupos y actividades de estimulación mental.
Alimentación adecuada: Se aseguran de que tu mascota reciba una alimentación adecuada según sus necesidades nutricionales. Algunas residencias incluso permiten que los propietarios proporcionen su propia comida si su mascota tiene una dieta especial.
Por favor, ten en cuenta que las políticas y procedimientos pueden variar según la residencia canina, por lo que es mejor consultar directamente con las residencias de interés para obtener información específica